Esta vez nos fuimos a Viana do Castelo, un entorno idílico para un festival donde pudimos conocer gente muy diversa: Portugueses, españoles, brasileiros... Todos con algo en común, su pasión por el cine, la música...
Podemos decir que nos vamos con unos cuantos amigos en el bolsillo, además de con un bonito recuerdo de una ciudad que se deja querer, con una gastronomía increible (
Deliciosas francesinhas) y un festival plagado de gratas sorpresas que, nos deja con ganas de volver, aunque sea de visita.